Chavez no fue Bolivariano por Rodulfo Gonzalez
“Por sus obras los conoceréis”, afirmó san Mateo (7,15-20). Este versículo bíblico me servirá de guía para demostrar que el teniente coronel (r) Hugo Chávez Frías no fue bolivariano, sino todo lo contrario, es decir, un fanfarrón y charlatán que se valió de la figura del Padre de la Patria para engañar, en su nombre, a millares de venezolanos humildes que vieron en él al líder que los redimiría de la injusticia social, pero no fue así, ya que cuando irrumpió violentamente en la historia política contemporánea usando las armas de la República para derrocar a un presidente constitucional, acto contrario a la doctrina bolivariana, la calidad de vida del venezolano de a pie, con un precio del barril de petróleo muy bajo, era superior a la que después tendría cuando en 1999 llegó a la presidencia del país.
Como por arte de magia, poco después de la llegada de Chávez al poder los ingresos petroleros se elevaron como nunca, pero el pueblo no se benefició de esa bonanza que le llegaba en migajas al sector de la población asociado al partido gobernante.Antes de su llegada a la Presidencia de la República los venezolanos éramos felices y no lo sabíamos. Él se propuso convertir a Venezuela en el mar de la felicidad, como Cuba. Según afirmó en TalCual Leonardo Márquez el 10 de noviembre de 2020, ese “Mar de felicidad” existe para los burócratas, pillos, corruptos y narcotraficantes”.
Vladimir Gessen recordó en la Web que Hugo Chávez, en marzo del 2000, no mintió cuando dijo “Cuba es el mar de la felicidad. Hacia allá va Venezuela…”. Gessen agregó: -Entre él y Nicolás Maduro lo lograron. Pero ¿Qué es el mar de la felicidad de Cuba? Menos de 16 años bastaron para que los venezolanos se igualaran con las penurias de los cubanos, en persecuciones políticas, en limitaciones a las libertades, en violaciones de derechos humanos, en miseria, pobreza, escasez de medicinas, carestía de alimentos, colas interminables, carencia de bienes y de servicios públicos, en hacer colas permanentes para recibir migajas de lo que haya, en apagones eléctricos, en crisis de salud y bienestar, en fin, en alcanzar lo que para Chávez era un “mar de felicidad”…
La muerte, en diciembre de 2012 o marzo de 2013, no le permitió ver cumplido ese anhelo, que hizo realidad su heredero, el narcodictador Nicolás Maduro.
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